Hablando de...

Allí estaba ella, sentada, con la mirada dispersa hacia adentro e inevitablemente, con sus uñas hacia afuera...

Ares, tal vez por miedo, por inseguridad, por soberbia, por tristeza o quizás por dignidad, se resistía a salir de su cueva y permanecía debajo de la cama atenta a cualquier acercamiento. Tenía tres meses, era preciosa, que yo recuerde su pelaje era gris con manchas oscuras atigradas. Estaba hecha una fiera, madre mía, cómo me gustaba. La llamé como el dios mitológico griego de la guerra y hacía un día que me la habían regalado, sin embargo, no podía hacerme cargo de ella y la iba a devolver a sus anteriores dueños.

Deseaba guardarme una imagen viva de esta preciosa gata y, sin más, empecé a escribirle. Mis manos iban solas, y, en aquellos momentos, tuve una desconocida pero muy agradable sensación. Mi corazón y mi mente transcribían en orden todos mis sentimientos con tal naturalidad que, cuando acabé, reconozco que, pese a este futuro adiós, me quedé muy tranquila, muy feliz.

Descubrí entonces cuál era la mejor manera de desahogarme. Con veintiún años he de admitir que mi vida no era precisamente un jardín de rosas y necesitaba despojarme, confesarme de todo lo que guardaba en el interior de esta caja de Pandora para verme a mí misma en mi propio espejo. Por esta razón, la poesía se convirtió en mi segundo yo y, paradójicamente, en el verdadero.

En él descargaba toda mi ira, mi rabia, mis inseguridades, mi dolor, mi miedo..., mi poca autoestima.

Influida por Antonio Machado y por Jorge Guillén, poetas que me han marcado en mi forma de escribir, creo este juego de palabras para atraerlo hacia mí. Así es como el libro Sentimientos va tomando forma hasta el punto de hacer de él tres partes: Sentimientos I (1992-1994), Sentimientos II (1994-1996) y Sentimientos III (1998-2006). Si bien en su mayoría se trata de versos impulsivos, cortos, intimistas y personales, no faltan tampoco los temas con aire reivindicativo, filosófico y de fe.

En ellos encontraréis además dos Reflexiones que he convertido en mis propias citas y que, con gran admiración, entregan su testigo al arte de dos grandes poetas como son Luis de Góngora y Argote y Federico García Lorca.


Este es mi primer libro y en él están prácticamente todos los poemas de mi juventud desglosados en sus diferentes etapas. Dudé mucho en autoeditarlo, pero finalmente comprendí que, para conocer de verdad a la persona que estáis leyendo, era necesario saber de ella y sin preámbulos. Por este motivo, me muestro ante vosotros libre de toda coraza y, como siempre, con todo mi respeto, honradez y franqueza.

Si escribir en un principio fue mi consuelo, hoy se ha convertido en mi pasión, en un adjunto a mí, en mi primer yo, aunque esta vez, sumergido en nosotros y..., en Vosotros.

Gracias por estar ahí.

Así es como era o como soy...


© 2021 Elisabet Mallol López
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar