Las hijas de nuestros ojos

21 de octubre de 1995

Por una mirada un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... ¡yo no sé qué te diera por un beso!

-Gustavo Adolfo Bécquer-


Qué triste es el
verde paisaje
cuando no lo ves llorar
y sus árboles
se marchitan
por olvidar
lo que antaño
evitaron escuchar.

La carretera es larga
quizás interminable,

sin embargo, su gris
muere en la oscuridad,
y sus líneas, cada vez
más separadas,
se tuercen en la
esencia de un
existente caminar.

Pero, qué bello es el paisaje
cuando su llanto
empieza a cantar.
Porque el perdón,
el verdadero perdón,
se da cuando el corazón
vence al orgullo y vuelve... a llorar. 

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